México (Agencias) .- Al ser declarado huésped distinguido de la Ciudad de México, Evo Morales, expresidente de Bolivia, expresó que su «delito» es ser el primer presidente indígena de su país, aplicar programas para los más humildes y reducir la pobreza.
Agradeció la distinción que, dijo, es un gran aliento para su pueblo, además de inédito e histórico, por lo que la dedicó a sus «hermanas y hermanos» que se siguen movilizando en defensa de la democracia y de sus derechos; insistió en un diálogo nacional para pacificar a Bolivia.
«Sólo se garantiza la paz cuando hay justicia social, sin justicia social no va a haber paz. Sólo para mí, en mi experiencia… sólo va a haber paz cuando se respete la soberanía y la independencia de los Estados; va a haber paz cuando se garantice la dignidad y la identidad de los pueblos del mundo», aseveró.
«La paz no se garantiza con intervenciones militares, estamos convencidos», dijo al señalar que en la Organización de las Naciones Unidas los presidentes de Estados Unidos hablan mucho de esa palabra.
En medio de aplausos, sobre todo de los legisladores de Morena, y tras destacar los logros de su gobierno en Bolivia, expuso que por esas políticas y programas sociales la derecha y los grupos que ostentan el poder económico «no nos perdonaron».
«Mi delito es ser el primer presidente indígena de Bolivia, mi delito es haber implementado programas para los más humildes, lograr esa reducción de la extrema pobreza impresionante. En lo económico nacionalizamos. En lo político ¿qué hicimos? Redistribuir la riqueza, hemos creado programas para los más pobres».
Recalcó que no renunció a la presidencia de su país por cobardía, sino para salvar la vida de los bolivianos; se confesó antiimperialista e indicó que algunos de sus colaboradores le dijeron que «no hay golpes de Estado en Estados Unidos porque no tienen un embajador de Estados Unidos en Estados Unidos», lo que provocó la risa de los presentes.