UNEN FUERZAS EN EL ASCENSO
Rubén Jasso
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Inconformidad total, tristeza, angustia y un sinfín de sentimientos es lo que se ha generado entre cientos de personas, desde futbolistas y gente ligada directa o indirectamente a los equipos, tras el anuncio de la desaparición de la Liga de Ascenso MX.
A lo anterior se ha sumado también el enojo y desaprobación de miles de aficionados en las distintas plazas de la República Mexicana, y ni que decir de las familias, esposas, hijos y también los padres de los propios futbolistas.
La sensación que “flota” en el aire entre quienes son aficionados al futbol y en especial de los equipos del Ascenso, es que se tomó una decisión evidentemente unilateral, “cabildeada” desde antes con algunos dirigentes de la propia categoría de plata, quizás con arreglos por debajo de la mesa, pues como explicar que ocho o nueve dirigentes hayan votado a favor de que desapareciera la categoría en la que jugaban… es algo muy raro.
Evidentemente “el villano” es Enrique Bonilla Barrutia, el presidente de la Liga MX, pues el máximo jerarca de la Federación Mexicana de Futbol, Yon de Luisa, prácticamente “lo aventó” para que diera la cara, aunque es obvio que el dirigente de la FMF también va de acuerdo con quien aparece como “el malo de la película”.
Mientras tanto, y en medio de la incertidumbre, decenas de futbolistas se han manifestado a través de las redes sociales, pidiendo de la mejor manera posible, que no cierren sus fuentes de empleo, del que dependen no solo ellos, también cientos de personas.
Por ello, y de la manera más atenta, los capitanes de los 12 equipos dialogaron con Enrique Bonilla a través de una video llamada, extendiendo un pliego petitorio para reconsiderar esa decisión que evidentemente es una “canallada” por tomarla en un momento crítico para el país y en general para el mundo a causa de la pandemia del coronavirus, que ha “pegado” fuerte en todas las economías.
De mantenerse la decisión, se habla de que casi 200 futbolistas quedarían sin empleo, pues la idea es establecer una edad máxima de 23 años para la famosa Liga de Desarrollo.
Y no solo ellos serían los afectados, también las cerveceras, las refresqueras, los hoteleros, los que rentan un autobús, el señor que vende tacos, el que ofrece hot dogs, el que vende papas, el que vende frituras, sabalitos, el que vende playeras afuera, lo que sea, finalmente el futbol profesional es una fuente de ingresos para mucha gente, pero es algo que no alcanzan a comprender los altos jerarcas del balompié que obviamente viven en la opulencia y por ello toman ese tipo de decisiones tan drásticas como incomprensibles. Nos vemos en la próxima.