Más allá del ¡sí acepto!

Por Susuki Esmeralda G

En las últimas horas ha trascendido en redes sociales y todo medio de noticias la resolución del Congreso del Estado de Tamaulipas, en el cual se aprobó de forma legal el matrimonio igualitario y con ello todo México ahora cuenta con esta aprobación.
En medio de una verdadera guerra de ideologías en torno a dicha aprobación dentro y fuera del Congreso es ya toda una realidad legal en México.

En este momento dejaremos de lado el tema de lo correcto e incorrecto que pudiera esto parecer algunos por motivos de religión, crianza, cultura, o valores personales y demos espacio al marco de lo legal que esto implica.
Los hombres y las mujeres, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

El Poder Legislativo sustituyó la expresión «marido y mujer» por «cónyuges» y añadió un segundo párrafo al artículo 44 del Código Civil que dispone: «el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo».
Es decir estas parejas conformadas por personas del mío sexo ahora gozarán de garantías y derechos legales al conformar un matrimonio legalmente tal como lo hacen las parejas de distinto sexo, tendrán respaldo legal al momento de fallecer su cónyuge o en caso de divorcio pueden exigir sus derechos según haya sido el régimen dentro del cual se celebró dicho matrimonio, esto como sociedad no debería causarnos mayor problema ya que si lo razonamos de forma detenida ellos adquieren derechos al formar una unión, derechos entre ellos, el que la ley no sea aprobada no quiere decir que estás uniones vayan a dejar de existir, con o sin garantías legales estás uniones se llevan a cabo diariamente, así que más haya del juicio de su preferencia o actuar debe prevalecer el derecho como individuo a gozar de garantías dentro de esta unión
Si son o no correctas es decisión personal debido a que cada ser es responsable de su propio estilo de vida, siempre y cuando no perjudique de manera delictiva a otro ser humano.
El tema sin duda es delicado para todos, pero más allá de un si acepto, va una garantía legal que brinda a las partes que se involucran en un matrimonio, el cual es una especie de sociedad donde se comparte y se trabaja en conjunto de manera material y en todo ámbito de la pareja, si dicha sociedad no goza de respaldo legal pueden verse afectadas las partes sin derecho de apoyo a su situación.
En realidad la pregunta es ¿ Le afecta a usted el hecho de que estás uniones tengan respaldo legal en este matrimonio que realizan entre si?
O ¿su tema de oposición es lo que le representan estás uniones en su mente y forma de ver la vida de manera personal?
Seamos sinceros con o sin garantías seguirán existiendo parejas del mismo género, entonces ¿es necesario oponerse a qué la ley les otorgue derechos dentro de sus uniones?

El tema de lo correcto o incorrecto de las uniones del mismo género no fué el punto clave no se les está dando permiso de unirse ya que ellos pueden hacerlo sin permiso de nadie, se les está otorgando garantías de tener esta unión como derecho a pensión y seguridad social por parte de se cónyuge etc.

Los valores, el respeto que cada uno enseñe a sus propios hijos y el que uno mismo demuestre es lo que en realidad definirá las acciones personales y por lo tanto personas que contribuyenten a una sociedad saludable.
No linchar a otros por pensar distinto a nuestra propia ideología al final ¿Quién puede ser dueño de la verdad absoluta para juzgar a otros?
Se que cada uno tendrá su propia opinión y criterio muy válido y respetable pero está ocasión más haya del sí acepto centremos nuestra atención en la ley y los derechos que cada individuo debe tener acceso a gozar de sus garantías. individuales.
Entre más cosas sean reguladas en base al beneficio de cada persona a disfrutar de garantías menor será la miseria humana de parecer la falta de derechos.
¡Hasta la próxima entrega, saludos cordiales!.

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