México, 18 Feb (Agencias).-

Entre sus pasos apresurados en los pasillos de transborde de la estación del Metro Pino Suárez, miles de personas ven de reojo la exposición de Diablos Rojos del México y solo los amantes del beisbol y del equipo se paran con detenimiento.

Usuarios del Metro disfrutan la exposición de Diablos Rojos del México

“Mi padre le gusta el beisbol y le va a Diablos”, respondió un joven que con celular en mano tomó una y otra y más fotografías de la exposición para llevárselas a su padre, para rememorar la historia del equipo que suma 16 campeonatos en sus 90 años de vida.

Esta exposición denominada “Mis Diablos, mi ciudad” tiene el objetivo de acercar más al equipo con sus fans y la ciudadanía en general, con motivo de la inauguración de su nueva casa de los también llamados Escarlatas, el estadio “Alfredo Harp Helú”, el próximo 23 de marzo.

Personas de todas las edades se paran delante de las vitrinas donde se exhiben algunas de las camisolas que en diferentes etapas vistieron a la novena y las que más gustan son la roja y la blanca, y también están la de algún jugador de los llamados Pingos que fue a las Liga Mayores de Beisbol, como la de Paquín Estrada, con Mets de Nueva York.

También están los posters que se hicieron para celebrar cada uno de los 16 campeonatos, siendo el de 2002, donde aparece Alfredo Harp Helú con el trofeo en mano.

El recorrido continúa ante una vitrina que exhibe varias pelotas autografiadas por alguno de los más distintivos peloteros, así como ante algunos de los trofeos más emblemáticos que ha ganado la novena.

También se pueden admirar algunas fotografías de acciones que plasma el carácter y decisión de algunos jugadores, factores que caracterizan al equipo en su historia para conquistar la grandeza que lo tiene envuelve.

Hay una hoja que habla de los inmortales escarlatas y menciona a Alonso Perry, quien después de triunfar en las Ligas Negras en Estados Unidos llegó a México para ganar la triple corona de bateo, siendo su mejor año en 1956. Los peloteros negros hicieron un arduo trabajo hasta tener un lugar para jugar con los blancos.

El recorrido termina con dos vitrinas llamadas la nueva casa, que muestra cómo era el terreno y el proceso del avance de la obra hasta casi su conclusión y una imagen exhibe a Alfredo Harp Helú con un rostro de satisfacción de misión cumplida para uno de los equipos más representativo de este deporte a nivel nacional e internacional.

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