Houston.- La Selección Mexicana volvió a sonreír, volvió a jugar futbol y volvió a ganar, que es lo importante; todo eso fue gracias a que Jaime Lozano supo metérsele a los jugadores para cambiar el chip de todo lo que vivieron hace una semana con Diego Cocca en la Liga de las Naciones
El Tricolor no solo ganó en el NRG Stadium, goleó a Honduras 4-0 y lo hizo jugando bien; otra vez se vio la comunión, entusiasmo y protagonismo, tal y como lo prometió el Jimmy Lozano en su presentación como entrenador interino.
El rostro de México fue diferente desde el minuto uno, tan fue distinto que a los 50 segundos de empezado el partido Luis Romo ya había puesto el primero en la frente de los catrachos, que todavía ni se acomodaban en el campo.
El equipo de Lozano tuvo la sabiduría para oler el momento para seguir encima de los hondureños y no dejarlos ni respirar con una alta presión; al minuto 23 el mismo Romo marcó su segundo de la noche.
La Selección de Honduras no metió ni las manos, jamás pudo acercarse con malicia al arco de Memo Ochoa en el primer tiempo; en el segundo la dinámica del juego fue la misma, con un México arrollador.
Orbelín Pineda fue uno de los principales motores ofensivos del Tricolor y en el complemento llevó su recompensa con el gol que marcó para el tercero en la frente de Honduras.
Si hace una semana todo era un drama con la Selección de México bajo el mando de Diego Cocca, hoy con Jimmy Lozano todo fue alegría, fiesta y no era para menos, el equipo mexicano ya jugaba su mejor partido en meses.
La cereza en el pastel la puso Luis Chávez, el jugador del Pachuca definió de tres dedos en el área para el cuarto y entonces sí, México volvía a comportarse como un gigante ante un rival de la Concacaf. Antes el mismo Chávez había fallado un gol cantado.
